Cuando ya no se puede tapar el sol con un dedo: así comienza el cambio

Liderar el cambio en medio de una crisis no es solo una pregunta técnica. Es una experiencia profundamente humana.

Te cuento una historia real.

Una ferretería familiar, ubicada en Chía, al norte de Bogotá, fue durante años un ícono del municipio. Tenía márgenes maravillosos, filas de clientes y una reputación impecable: “si no lo tiene La Frontera, no existe”.

Pero con la pandemia, todo cambió. Y lo que parecía sólido empezó a mostrar fisuras: deudas crecientes, desorden en la información, decisiones postergadas, conflictos familiares, ausencia de una línea clara de sucesión. El desbalance venía de tiempo atrás, pero la crisis lo sacó todo a la luz.

Lo que no se enfrenta, se acumula.

Y lo que se acumula… revienta.

Así fue como una empresa que representaba trabajo, historia y familia, terminó cerrando sus puertas en noviembre de 2021. Pero también así empezó el verdadero aprendizaje:

1. Pregúntate con honestidad: ¿hacia dónde vas?

Si eres fundador, dueño o tomador de decisiones, ¿tienes claro en qué punto está tu empresa hoy? ¿Sabes realmente hacia dónde va? Tener éxito en el pasado no garantiza sostenibilidad en el futuro. La claridad no puede postergarse.

2. Evalúa en qué estás invirtiendo tu energía

¿Te estás enfocando en lo esencial? ¿O estás atrapado en la operatividad del día a día mientras tu estrategia se oxida en un cajón? El liderazgo no se trata de hacer todo. Se trata de hacer lo que mueve la aguja.

3. No lideres en soledad

Incluso en empresas medianas o familiares, la soledad del directivo es real. Rodéate de personas que te ayuden a pensar con perspectiva. Amigos sabios, mentores, consejeros. Gente que no te diga lo que quieres oír, sino lo que necesitas escuchar. No estás solo. No tienes que cargarlo todo tú.

4. No esperes a que la caja se seque para pedir ayuda

Cuando los números no dan, cuando la rentabilidad se adelgaza, cuando el equipo está agotado, ese es el momento de pedir ayuda. No lo dejes para después. La dilación es la antesala del cierre.

5. El cambio no empieza en el Excel. Empieza en la conversación

En La Frontera, los números eran la alarma. Pero las verdaderas transformaciones comenzaron cuando nos atrevimos a tener conversaciones difíciles: entre hermanos, entre padres e hijos, entre líderes.

Porque liderar el cambio no es solo hacer cosas distintas. Es ser distinto. Es mirar la verdad de frente, aunque duela. Es dejar el ego para elegir lo que es mejor para la empresa, para las personas, para el futuro.

Hoy esa ferretería ya no existe. Pero su historia me acompaña cada vez que apoyo a un empresario o empresaria que está enfrentando decisiones difíciles.

No hay fórmulas perfectas. Pero sí hay algo seguro:

El cambio empieza cuando dejamos de tapar el sol con un dedo.